"Miguel Ángel Blanco ya ha muerto"

12 de Julio de 2012
"Miguel Ángel Blanco ya ha muerto"
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Las dos, las tres o las cuatro Españas se fusionaron hace quince años para exigir a unos pistoleros que liberasen a un joven ciudadano. El mapa ibérico se transfiguró en un puzle compuesto por manos blancas. Una banda de miserables chantajeó al Gobierno con la vida de un concejal del Partido Popular. El Ejecutivo presidido por José María Aznar hizo lo correcto y no cedió ante los etarras. Si no se claudicó en ese durísimo trance, nunca más un Estado de Derecho debió retroceder ni un milímetro frente a unos canallas. Por aquel entonces, el enemigo colectivo solo era ETA.
 
Miguel Ángel Blanco soportó un secuestro y recibió dos balazos a bocajarro para defender la dignidad, la libertad y la unión de una nación. Un mártir de España. El único homenaje que merece recibir es que ETA y sus amigos sean despreciados exactamente igual que en julio de 1997, cuando los batasunos eran acorralados en la calle Urbieta de San Sebastián.
 
¿Qué pensará Miguel Ángel Blanco de lo que está ocurriendo en el país por el que sacrificó su vida? Tras su muerte, el PP y el PSOE negociaron con los miserables terroristas que lo retuvieron y fusilaron cobardemente. El Pacto Antiterrorista que rubricaron ambos ha volado por los aires. Incluso el PSOE se reunía simultáneamente con el PP y con ETA. El Tribunal Constitucional legalizó Bildu, brazo político del hacha y la serpiente, sin que condenara expresamente el terrorismo etarra. Representantes de Bildu y del PP brindaron juntos en San Sebastián, a pesar de que las armas siguen en los zulos del País Vasco, no se han esclarecido numerosos crímenes y no han enviado el perdón a la familia de las víctimas. En su propio partido, dirigentes como Mayor Oreja, Carlos Iturgaiz o María San Gil cumplen condena en la oscuridad por no admitir las mentiras de ETA.
 
En el decimoquinto aniversario de su tortura, Errekondo se ríe de España y de Miguel Ángel Blanco en el Congreso, un asesor de Bildu amenaza con apretar el gatillo a unos chavales por el terrible crimen de alzar la bandera de España y en Estrasburgo constatan el deficiente proceder del poder legislativo español. El oprobio alcanza el éxtasis cuando se comprueba que rememorar a Miguel Ángel Blanco molesta a un amplio sector de la opinión pública.
 
El legado que nos regaló Miguel Ángel Blanco lo estamos manchando y destrozando a base de prebendas a ETA y su entorno. Si se hubiera adivinado con anterioridad la coyuntura actual tal vez hubiera sido más sensato atender a las pretensiones de ETA –una vez más- y haber salvado al hijo eterno de Ermua. España no será una democracia ni un Estado de Derecho perfecto mientras no se enaltezca a este símbolo de la lucha por los derechos fundamentales.
 
Manuel González García
Twitter: m_gonzalezgcia
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