El paro indefinido en el transporte llega este lunes a su octava jornada sin que aparezcan en el horizonte inmediato visos de solución, mientras el fantasma del desabastecimiento y la extensión del paro se incrementan, ante la evidencia de que cada vez más transportistas se están sumando a las protestas. En Lucena y otros municipios cercanos este lunes se ha abierto con nuevas concentraciones en los principales nudos de comunicación y accesos a zonas comerciales, como es el caso del entorno del aparcamiento del estadio de fútbol Ciudad de Lucena, donde han seguido visibilizando sus reivindicaciones a través de piquetes informativos. Otros han acudido a la marcha lenta celebrada en el entorno de la capital, secundada por más de 200 camioneros la A45, la A4 y las propias calles de Córdoba.
Algunos de estos transportistas llevan ya más de una semana con sus vehículos parados, como es el caso de Felipe Pineda, quien nos cuenta que, de enero a febrero, ha tenido que pagar 7.000 euros más de gasoil en comparación a lo que venía acostumbrado, "a lo que hay que sumar otros gastos como el incremento del coste de las ruedas o del aceite".
En su caso, son cinco los camiones que mantiene inmóviles, por lo que se ha visto obligado a tomar medidas entre su plantilla. "Hoy he tenido que despedir a cinco conductores", lamenta Felipe pensando en todas esas familias que "también están sufriendo las consecuencias de este problema".
Según Felipe, "todo apunta a que esta situación se va a alargar en el tiempo", ya que "todavía no ha habido ningún avance desde las instituciones para resolver este asunto", lo que podría desembocar en que "muchos trabajadores y empresas de este sector se queden en el camino".
Otros transportistas como Antonio Torres sí son más optimistas en cuanto a la duración del conflicto y le ven un fin más cercano, aunque coincide en el hecho de que muchos puestos de trabajo podrán verse en peligro a pesar de que "nosotros queremos trabajar, pero con el panorama actual no es rentable mover el producto".
Tras cerca de 30 años dedicados a este oficio, con 14 de ellos vinculado al frío industrial de Lucena, Antonio asegura que "nunca había visto una movilización igual de transportistas con tanta unión entre nosotros", nos cuenta después de llevar a desayunar a uno de sus compañeros en la huelga.
En sus manos sostiene un cartel en el que se puede leer 'Los camioneros no son la ultraderecha, son trabajadores', un mensaje con el que quiere hacer llegar a la ciudadanía que "esto no va de política, sino de personas que reclaman una mejora de las condiciones para poder seguir trabajando sin tener que perder dinero".
Aunque no hay datos concretos sobre el número de transportistas de Lucena que secundan este paro indefinido, se calcula que en torno a un 90 por ciento de los profesionales de nuestra ciudad son autónomos y trabajan ajenos a las decisiones de las grandes patronales del sector, que ata ahora no han secundado estas protestas.