Reemprendemos el viaje (I): El sector hostelero lucentino se reinventa tras el estado de alarma

Un espacio patrocinado por el programa Lucena, reemprendemos el viaje, del Excmo. Ayuntamiento de Lucena

18 de Julio de 2020
Ramón Carvajal tira unas cañas en Mesón La Judería. Foto: Jesús Cañete

El ruido de una cafetería, el incesante recorrido del camarero por las mesas y la barra, los periódicos amontonados en un rincón, la caña calentándose al sol en una terraza y, sobre todo, el ininterrumpido charloteo que florece en cada mesa. El día 14 de marzo, todos los bares y restaurantes tuvieron que echar el cierre a sus locales. Y, así, por una pandemia, muchos tuvieron que decir adiós a su segunda casa.

Según el Anuario de la Hostelería de España, en un estudio de la evolución del sector, hasta 2018 la hostelería supuso el 6,2% del PIB, lo que se traduce en una facturación de la friolera de 123.612 millones de euros. De hecho, somos el país donde la restauración aporta más al PIB del mundo. Un total de 1,7 millones de personas dependen de esta área del ocio, cienos de miles de familias las que viven de ello. Sin embargo, las exhaustivas medidas para la contención del virus se llevaron alrededor de un 40% de los 124.000 millones que se esperaban facturar este año, según un estudio de las consultoras EY y Bain&Company.

No obstante, detrás de estas cifras hay caras que devuelven luz ante tanto pesimismo. Caras que reinventan, experimentan e innovan ante tanto catastrofismo. Hemos hablado con diferentes empresas del sector de nuestra ciudad para saber de cerca cuál es su situación a día de hoy. Abrieron en la fase 2 de la desescalada y para sorpresa de todos, se encontraron con las ganas de la gente para volver a llenar sus terrazas.

Lope López, en Restaurante Tresculturas. Foto: Jesús Cañete

Lope López, propietario del restaurante TresCulturas, sabe de primera mano lo que es atravesar una crisis. Su empresa nació en 2008, en medio de una recesión económica mundial. Y cuando pensaban que estaban recuperados, llegó el coronavirus. Pero no ha acabado con su perseverancia y empeño. Junto a la atención a sus clientes en restaurante y terraza, siempre prestaron un servicio de comidas por encargos para celebraciones especiales como Navidad. Tras el confinamiento esta alternativa se implantó como un servicio habitual, conviertiéndose en un interesante canal de ventas. No obstante el pilar de su facturación son las comidas de negocios. Desde que las empresas pueden recibir visitas, empresarios, comerciales, trabajadores han empezado a ocupar de nuevo sus salones. Además, por la obligatoriedad a adaptarse a este nuevo escenario, López ha refrescado la imagen de su restaurante con una firme presencia en redes sociales. Igualmente, para potenciar más su negocio, ha iniciado colaboraciones con la Delegación de Turismo del Ayuntamiento de Lucena y asociaciones del sector en proceso de gestación en la Subbética.

Luis Contreras y Claudia, restaurante Japanish. Foto: Carlos Lance, cedida por Japanish

Luis Contreras y Claudia son los responsables de Japanish, bar de tapas de fusión española y japonesa con el que dio el salto al emprendimiento. Luis se vio abocado a cerrar el local pocos meses después de su apertura. Sin embargo se negó a quedarse en casa durante el confinamiento y decidió pasarse a un servicio de comida a domicilio, actividad que entraba dentro del rango de trabajos esenciales durante el estado de alarma. Lanzaron menús especiales y se marcó como objetivo llegar a unos mínimos de ventas para pagar gastos, sin pensar en ganar dinero. Ahora cuenta con una ampliación de terraza en el Coso y está a la espera de abrir otro local en Lucena. Gracias a su cocina y una ágil apuesta por las redes sociales su popularidad aumentó. Tanto que Japanish ha pasado de seis a ocho empleados en la actualidad.

También en el Mesón La Judería, su propietario, Ramón Carvajal, ha incrementado su plantilla de tres a seis trabajadores. Carvajal amplió su negocio el 4 de junio con la apertura de una terraza en el solar contiguo a su local. La afluencia se ha incrementado considerablemente y ha pasado de servir a unas 50 personas al día a alcanzar los 150 clientes. Gracias a la ampliación Carvajal ha salido reforzado de la crisis provocada por el coronavirus. Su negocio es el mismo pero las posibilidades del mismo han crecido como una nueva oportunidad.

Miguel Ángel Arroyo, en el El Patio del Hotel. Foto: Jesús Cañete

En el Restaurante El Patio del Hotel, superar el periodo de confinamiento y cierre del hote Santo Domingo fue posible gracias a que tanto la campaña navideña como los meses previos al estado de alarma fueron muy positivos, según nos comenta Miguel Ángel Arroyo. El primer escollo a salvar fue hacer frente al alquiler de un establecimiento cerrado. Superado el mismo y el cierre obligado el negocio empieza a remontar. Tras la pandemia han puesto en marcha dos actividades especiales como innovación en su negocio. Un servicio de cocina en domicilio –un showcooking, como se dice en inglés– que consiste en el traslado de sus cocineros hasta el hogar del cliente, permitiendo ver como se elaboran los platos y degustarlos depués. La segunda son unos interesantes cursos de cocina sefardí.

Son distintas formas de afrontar el presente inmediato para seguir pensando en el futuro tras los fogones o la barra de sus establecimientos. En lo que todos están de acuerdo es en la incertidumbre que sigue generando la pandemia, más aún con los rebrotes que han comenzado a surgir aquí y allí. Sin embargo solo hace falta conversar con ellos para darse cuenta de que hay ganas de emplearse a fondo para seguir adelante, con las medidas de seguridad higiénicas impuestas.

De momento, volvemos a decir hola a nuestro segundo hogar entre mascarillas, geles hidroalcohólicos y cartas digitales (o la llamada nueva normalidad).

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