La población extranjera de Lucena volvió a la senda del crecimiento durante 2018 tras varios años de descenso paulatino. La lacra del desempleo que ha azotado a la sociedad lucentina como consecuencia de la crisis económica se cebó también en la comunidad extranjera residente en la ciudad, que, vistas las escasas posibilidades de trabajo que ha ofrecido Lucena en los últimos años, comenzó a marcharse hacia otras localidades o incluso emprendió viaje de vuelta a sus países de origen, sobre todo en el caso de los inmigrantes sudamericanos.
A finales del pasado año, la población extranjera empadronada en Lucena se situó en 1.814 personas, con 71 residentes más que un año antes. Aunque se trata de datos provisionales y pendientes de la regulación oficial que se produce a final de cada año, la tímida subida muestra una tendencia y marca un punto de inflexión respecto a los años precedentes, como también ocurrió con el número general de habitantes de la ciudad. Así, este ligero aumento rompe la tendencia iniciada en 2012, cuando comenzó el descenso paulatino pero imparable del número de inmigrantes empadronados en Lucena, afectando a todos los grupos de población, y de forma muy especial a los de procedencia hispana.
Con todo, los 1.814 extranjeros empadronados en nuestra ciudad a finales de 2018 quedan muy lejos de los 2.738 registrados en 2010. El descenso en este periodo de tiempo ha sido de casi un 34%. A día de hoy la población extranjera en Lucena supone solo un 4,2% del total, muy por debajo de casi el 8% que llegó a ser en los primeros años de esta década.
Ecuatorianos y colombianos son los colectivos que más vieron disminuir su población en Lucena. Actualmente están empadronados en nuestra ciudad solo 122 colombianos y 45 ecuatorianos, cifras que suponen un descenso superior al setenta y cinco por ciento respeto a la de estas nacionalidades hace unos años, cuando la comunidad hispana era la más relevante en la ciudad.
El descenso ha sido menor entre la colonia marroquí que se mantiene en torno a las 300 personas, en su mayoría familias con un largo arraigo en nuestra ciudad, colectivo que tras el paulatino descenso de los hispanos, se consolida como el segundo grupo de población extranjera en Lucena.
La otra novedad importante que deja el estudio de los datos del padrón municipal es que pese al incremento en términos generales se mantiene el descenso del colectivo rumano, que llegó a tener casi un millar de empadronados y a finales de 2018 se situaba en 630 personas, siendo no obstante el más numeroso.
Actualmente viven en Lucena personas procedentes de sesenta y ocho países y los extranjeros representan apenas el 4,2 por ciento de la población total, frente al ocho por ciento que llegó a representar hace unos años.
EMPLEO
Según los datos del SAE, a finales de octubre eran 246 los trabajadores foráneos inscritos como parados en la oficina de empleo, la mayoría rumanos –71– y Marroquíes –63–. El desempleo de la población inmigrante se centra sobre todo en el sector agrario casi un 25% del total seguido de la industria, hostelería y construcción.
En cuanto al tipo de formación de los demandantes de empleo extranjeros, cabe señalar que el 75% carecen de estudios o tienen estudios primarios y solo un 1% cuentan con estudios universitarios.
Un 16.59% de los 2.357 contratos suscritos en diciembre de 2018 en nuestra ciudad fueron de personas extranjeras, realizándose la práctica totalidad de los mismos en el sector agrario, coincidiendo con una campaña de recogida de la aceituna marcada por la falta de personal nacional.