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Las obras del casco histórico quedaron ayer prácticamente terminadas a falta de algunos detalles según indicó a LucenaHoy el concejal de Urbanismo, Miguel Villa. No obstante, el edil señalaba que aún quedará algún tiempo adicional para terminar de definir algunos aspectos de la actuación, tanto por algunos cambios de última hora sobre el proyecto inicial, como para la instalación del mobiliario urbano que aún no ha sido contratado o la terminación de aspectos puntuales de la obra civil, como la colocación de las luminarias o de algunas piezas concretas de pavimento hechas a medida.
Ayer, los trabajadores de la empresa que ejecuta los trabajos se afanaban por retirar las vallas, el escombro y restos de material de construcción que quedaban en la zona arqueológica situada junto a la sacristia, terminaban la fuente que contará con una altura de agua de tres metros y entrará en funcionamiento en unos días, tan pronto se instale el sistema de recirculación del agua y limpiaban la zona, en la que también se evidencian ya con un incipiente cesped los escasos espacios verdes que ha reservado la actuación. Con todo, el propio Villa reconocía que aún restarán algunas semanas para recepcionar las obras, aunque la actuación permitirá a los lucentinos poder disfrutar de este céntrico entorno de la ciudad durante estos días festivos.
El PP ha criticado esta semana el retraso de un año que acumulan estos trabajos. Los populares se referían a la ausencia de un plan de iluminación pese al elevado coste del proyecto. Según José María Morillo-Velarde pese a la amplitud de la plaza de San Miguel no se han previsto luminarias en la zona de San Mateo y será necesario que las farolas previstas en el lateral de Correos tengan una altura de unos diez metros para que el cono de luz ilumine todo el recinto. Además, los populares criticaron que estas farolas no se hayan sometido al dictamen de Cultura sobre su idoneidad en un espacio histórico y que se pretenda contratar el mismo tipo de mobiliario instalado en el resto del casco histórico pese a haber comprobado su rápido deterioro y costoso mantenimiento". Por otra parte, Morillo-Velarde reclamó que los bustos del Marques de Comares y Barahona de Soto no se coloquen como meras estatuas, sino como monumentos, con algún tipo estanque o ajardinamiento que los realce, habiendo accedido el equipo de gobierno a estudiar esta posibilidad.
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