Martín Fiz: Los sueños cumplidos y la humilde rebeldía de un campeón del mundo

Un Martín Fiz sincero y franco relató, desde unas raíces modestas y una familia sencilla, una ruta deslumbrante que arrancó en las pruebas de campo a través

21 de Mayo de 2016
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Decisiones valientes que encumbraron a un repartidor de pasteles y huevero a la cima del atletismo planetario. Un Martín Fiz sincero y franco relató, desde unas raíces modestas y una familia sencilla, una ruta deslumbrante que arrancó en las pruebas de campo a través hasta culminar con la medalla de oro conseguida en el Mundial de Goteborg en el año 1995.

La segunda sesión de los Foros Subbética Emprende se dedicó al deporte. Martín Fiz Marín (Vitoria, 1963), impartió la conferencia Los valores de un campeón, esfuerzo y sacrificios. Lo acompañaron en la mesa Manuel Lara Cantizani, concejal de Deportes del Ayuntamiento de Lucena; Martín Torralbo, diputado provincial de Deportes; Miguel Muñoz Egea, director de este ciclo de ponencias; y el alcalde Juan Pérez. Antes del inicio, Javier Delgado, miembro de Netilat Klezmer, interpretó una pieza musical.

Un numeroso público atento y embelesado por las experiencias del protagonista conoció las entrañas de un enamorado de los kilómetros y las zapatillas que en los últimos meses ha ganado las carreras de 42.195 metros de Nueva York, Tokio y Boston, en la categoría de máster-50. Sus siguientes retos lo ubicarán en Berlín, Londres y Chicago.

Martín Fiz se definió como "un emprendedor" desde que empezó a trotar por los campos del País Vasco. "Siempre sueño y he soñado", aseguraba mientras reconocía que su carrera ha discurrido "entre muchos puntos de inflexión y muchos valores".

Un chaval "pequeño, enjuto y de color pálido" se sublevó contra su destino a los 12 años. "Un día me escapé de casa porque mi madre no me dejaba ir a correr". Aquella travesura, que le costó un castigo posterior, terminó con una medalla en una competición de cross.

Marino Lejarreta, "un ciclista vasco, que aunque no ganaba nada siempre estaba ahí, y luchaba", fue su primer ídolo. En el año 1990, Martín Fiz se impuso en el Campeonato de España de Campo a Través, celebrado en Estella, superando a su verdadero referente, Antonio Prieto Taca. "Al llegar a casa empezaron a rondar los pajarillos; si dejaba un puesto de trabajo por dedicarme a correr; había que tomar decisiones, en esta vida hay que saber tomar decisiones; unas veces te pueden salir bien y otras veces mal". Convencido de sus posibilidades y prendado de su porvenir, le dijo a su padres –atónitos ante su audacia- que quería "ganarse la vida corriendo".

Gregorio Rojo lo modeló en sus primeros años. Luego se clasificó para los Juegos Olímpicos de Barcelona de 1992 en la modalidad de los 5.000 metros. "Fui en cabeza doce vueltas, por mi temperamento, por mi forma de competir y por estrujar mis cualidades físicas". Todos sus rivales lo adelantaron en los últimos 200 metros. "Vaya desastre", pensó Martín Fiz, quien sostiene que "la asignatura pendiente, no solo de este país, sino de toda Europa, es fomentar muchísimo más el deporte universitario y escolar".

Al regresar a Vitoria, Sabino Padilla, su siguiente preparador, le indicó que, con 1,69 metros de altura y 55 kilogramos de meso, apuntaba a "un gran maratoniano". Martín Fiz manifestó que "la soledad del corredor de fondo" ocurre solo "cuando piensas o sueñas" porque "detrás de un atleta hay un equipo, y si no hay un equipo es difícil que todo vaya a buen puerto; en los pequeños detalles está el éxito o todo lo contrario".

Progresivamente, se sucedieron los triunfos en Helsinki –el segundo significó el oro en un Campeonato de Europa, seguido de Diego García y Alberto Juzdado- y el oro mundial en Goteborg en 1995. Cuando en 2001 se retiró de la élite, pensó indudablemente en enfocar su actividad "al corredor popular y al deporte solidario". Previamente, en 1997, recibió el Premio Príncipe de Asturias de los Deportes.

En resumen, considera clave en sus éxitos "los aspectos epigenéticos" y ensalza a su familia y a sus padres porque se lo han ofrecido "todo". "Me enseñaron y me inculcaron la humildad, el trabajo y el luchar por la vida digna". Finalmente, concluyó con dos sentencias. "Hay que adaptar los objetivos a la edad que cada uno tiene" y, también, que "la vida del deportista no acaba cuando acaba el deporte de élite". Martín Fiz participará este sábado en la primera edición de la Carrera Nazarena, prueba que está prevista para las 19:00 horas.

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