La tragedia golpea de nuevo al Ciudad de Lucena y a una ciudad ilusionada con el ascenso

El Ceuta logró en el último segundo del añadido de la segunda mitad un gol que desvanecía todas las opciones de subir de categoría para el Ciudad de Lucena, claro dominador de la semifinal

31 de Mayo de 2021
Algunos jugadores del Ciudad de Lucena apesadumbrados tras encajar el último gol del Ceuta

La incredulidad y el desconsuelo invadió al Ciudad de Lucena y a sus aficionados después de que el Ceuta, en la última acción del partido y en su único disparo a puerta de la segunda parte, eliminase a su rival del play-off de ascenso de Tercera División a Segunda Real Federación Española de Fútbol.

Una sensación amarga que se fundamenta en el dominio durante todo el encuentro del cuadro local sobre la posesión del balón, monopolizada desde el primer minuto por los lucentinos, aunque con problemas para materializarla en ocasiones de peligro debido al muro de contención que construyó su adversario, cuyos argumentos ofensivos fueron el contragolpe y las acciones a balón parado.

A través de esta segunda vía llegó el primer gol para el Ceuta, obra de Benjin tras enviar a la red un balón que se paseó por el área a la salida de un córner. Un tanto que subió al marcador con suspense, ya que los lucentinos reclamaron que el cuero no había entrado por completo y los ceutís que hubo una mano previa que debía conllevar la expulsión, aunque el equipo arbitral desestimó ambas. El partido, por tanto, se fue con victoria visitante al descanso.

Tras la reanudación, el Ciudad de Lucena mostró una mejor versión que le sirvió para igualar pronto la balanza a través de Alan Araiza, cuyo remate al fondo de la red dio lugar al estallido y la euforia de la grada, abarrotada con las casi dos mil personas de aforo permitido, incluido un grupo reducido de aficionados visitantes.

A partir del gol, el encuentro derivó en un control aún mayor del Ciudad de Lucena, que a través de la circulación del balón y de la presión tras pérdida desconectó del partido a su adversario, incapaz de deshacer un empate que tampoco consiguieron los de Dimas Carrasco, pensando más en una casi inminente prórroga que, de acabar en tablas, les daría la victoria.

Sin embargo, la desgracia irrumpió en el último instante del partido. Segundos antes del pitido final, el Ceuta se plantó en área rival con igualdad numérica por primera vez en la segunda mitad. Los malos presagios sobrevolaron en ese momento el estadio Ciudad de Lucena; mudo después de que Ismael César, con una estatura de 1,67 metros, se elevase por encima de toda la zaga celeste para cabecear un centro lateral a la red.

En ese preciso instante hacía pedazos los sueños de toda una plantilla, un club y una ciudad. Provocaba el desconcierto en los aficionados del Ciudad de Lucena, abatidos después de ver a su equipo con medio pie en la final por el objetivo del ascenso, que por segundo año consecutivo no se podrá hacer realidad; con la esperanza de que, a la tercera, sea la vencida.

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