Las dudas se solventaron nada más pitar el comienzo. La primera jugada del partido favoreció al Ciudad de Lucena, que pisó campo contrario para mandar un balón sin destinatario al área que, después de varios rechaces, llegó a las botas de un Maero que lo envió al fondo de las mallas.
Lejos de aguantar el resultado y encerrarse atrás, los de Dimas Carrasco anestesiaron el encuentro a través de la posesión. Pero la calidad técnica del rival no solo dificultó esas intenciones, también hicieron llegar el empate. La firma la puso la cabeza de un Raúl que dirigió a la red un envío desde el flanco derecho.
La igualada en el marcador también se observó sobre el césped. Con dos propuestas parecidas, ambos conjuntos cuidaron el esférico y no renunciaron a su control. Sin embargo, el Betis Deportivo presionó un poco más atrás para así salir con mayor velocidad por las bandas. Sus atacantes disfrutaron de las mejores ocasiones, pero sin precisión.
Ocurrió justo lo contrario al inicio del segundo tiempo. Javi Cuenca se disponía a abrazar el balón, pero el pie de Raúl se lo negó. El delantero se encontró con la portería vacía para tramitar el gol tras el rechace de la zaga celeste bajo palos mientras reclamaban falta al guardameta. Finalmente el árbitro decretó tanto legal para alegría de unos y desesperación de otros. Raúl no tuvo piedad con su rival y lo machacó pocos minutos después. El jugador más diferencial de la final no se sació y culminó su partido con un hat-trick a través de un disparo lejano que sorprendió al portero.
Con las piernas en el Marbella Football Center pero con la mente en el futuro, los pupilos de Dimas Carrasco intentaron una remontada in extremis. Pero para su sorpresa se encontraron con la sentencia. La firmó Mizzian, quien cruzó el esférico bajo la atenta mirada de una línea defensiva que no pudo alcanzarlo.
El sobreesfuerzo físico de los jugadores celestes fue un factor clave en la derrota. Aún así, Dimas Carrasco dio minutos a muchos de los suplentes que también han sido parte de esta gran temporada. El objetivo, que no estaba previsto al principio de la misma, no se pudo lograr. Pero significa un paso enorme para que el proyecto prospere y se vuelva a intentar el curso que viene.