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MANUEL GONZÁLEZ @m_gonzalezgcia
La eficiencia de un delantero suele catapultar a su equipo a la distinción entre sus semejantes. La principal inquietud de los aficionados de cualquier club en el período estival se refiere al 9 que en la temporada ulterior ejercerá de ariete. La salida voluntaria de Hugo Díaz y el desacuerdo con Matías Saad sumieron al Lucena en una orfandad goleadora. Entre el cordobés y el argentino englobaron 20 tantos en la campaña pasada. El desvelo de la secretaría celeste lo sofocó un depredador de la comarca sevillana de El Aljarafe.
El entrenador del Lucena Rafael Carrillo, Falete, suspiraba por incluir en su plantel a Fernando Rodríguez Ortega desde que este deslumbró en Jaén durante la temporada 2009-2010. La alianza se engarzó en el mes de junio y Fernando destapó el ciclo de fichajes en la estructura lucentinista.
El entramado del Sevilla CF perfiló el futuro del punta sevillano. Arrancó en la categoría juvenil y en la campaña 2008-2009 el actual preparador del Real Zaragoza, Manolo Jiménez, lo estrenó en Primera División en un partido contra la UD Almería. En ese mismo curso, completó algunas convocatorias del cuadro de Nervión para compromisos de la Copa de la UEFA. También sudó la elástica del C y del Sevilla Atlético.
La movilidad, la insistencia, la brega hasta la extenuación y la astucia en el área contraria caracterizan a un atacante que en su primer año en el Lucena ha logrado 7 goles seis en liga y uno en Copa del Rey- en 14 partidos. Fernando y el hispanoargentino Fede se han propuesto inflar las estadísticas de goles a favor de los celestes.
En seis meses anotó 8 dianas como miembro del San Roque de Lepe. Estos registros fascinaron al técnico Sergio Lobera y lo recomendó en Ceuta. Se enroló en la entidad caballa donde vivió una etapa mediocre y enrevesada en lo general y lo particular. El desmoronamiento del Ceuta alertó a Falete, que no titubeó en rescatarlo para el Lucena.
La generosidad continua en su labor cotidiana lo engracia velozmente con la hinchada de su equipo de turno. Los goles, sustento insustituible de un delantero, lo están encumbrando en un Lucena ávido de referentes. Un tercio de los tantos de la escuadra celeste en la contienda liguera se enraizaron en Pilas, localidad de origen y de orgullo de Fernando. A sus 25 años, transita por un ecuador definitorio de su carrera futbolística. Como mínimo hasta mayo, las ganancias del Lucena y de Fernando manarán indisolubles.
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