Un derbi provincial nunca defrauda por la rivalidad y tensión que alberga. Y con más razón si lo disputan el Salerm Puente Genil y el Ciudad de Lucena, dos equipos que llegaban a esta jornada en el tercer y segundo lugar de la tabla, respectivamente. A ello se le suma la gran cantidad de caras conocidas en uno y en otro bando, entre ellos Diego Caro, quien hace dos temporadas cambió el banquillo celeste por el rojillo.
Todos estos alicientes se tradujeron en un ritmo muy elevado desde los primeros compases, donde los locales reclamaron un posible penalti para que, al minuto siguiente, Víctor Morillo se topase con la estirada milagrosa del guardameta pontanés. Una aproximación que poco después replicó Ezequiel con un mano a mano ante Lázaro que resolvió de forma efectiva este último.
Tras un comienzo marcado por las llegadas de ambos contendientes, el Ciudad de Lucena fue avanzando metros e instalándose en campo contrario a través de la posesión del cuero, aunque sin la frescura necesaria en los últimos metros para estrenar un marcador que se mantuvo inmóvil hasta el descanso.
El segundo acto empezó igual, con los de Dimas Carrasco desbordando y llegando a línea de fondo pero sin encontrar el espacio propicio para ensayar el remate. Sin embargo, cuando más se imponían los sistemas defensivos y se igualaba la contienda, los visitantes lamentaron la segunda amarrilla que el árbitro mostró a su capitán, Pablo Gallardo, tras una entrada a destiempo.
Pero al igual que ocurriese en la pasada jornada contra el Gerena, el cuadro lucentino se sobrepuso a la inferioridad numérica y buscó el gol de la desigualada. No llegó tras un intento de Juan Delgado que repelió el travesaño; una madera que instantes después sí se alió con los visitantes cuando el misil teledirigido por Adrián Ruiz se apoyase en esta.
El júbilo en las filas visitantes se paralizó durante unos segundos debido al posterior gol de Ezequiel, pero la bandera levantada del asistente hizo que los lucentinos volviesen a respirar más tranquilos. Una sensación que no alcanzó el clímax hasta que el árbitro pitó la conclusión del encuentro tras un empuje final de los rojillos que no encontró sus frutos.
Una victoria que para el Ciudad de Lucena vale oro por diferentes razones. La más obvia es su recuperación del liderato de cara al parón navideño tras la derrota del San Roque de Lepe, lo que se suma a una gran semana donde ha podido debutar en Copa del Rey ante un trasatlántico español y europeo como es el Sevilla; una hazaña que, a su vez, significa el adiós a un 2020 en el que este equipo, que se quedó también a las puertas de subir de categoría, ha "contagiado" de ilusión a toda Lucena.