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MANUEL GONZÁLEZ @m_gonzalezgcia
Juanjo Alfaro le cedió su lugar a José Antonio Pineda en el tramo inicial de la segunda parte y la iluminación artificial del estadio Ciudad de Lucena enfocó diáfanamente el epicentro de los problemas que atascan al Lucena. El círculo central del campo de fútbol solo estaba poblado por futbolistas albinegros. El Lucena no elabora fútbol y el propio Rafael Carrillo, Falete, lo reconoció implícitamente cuando, aun viéndose superado por el Linense en el mediocampo, sumó un efectivo a la delantera y disminuyó el número de integrantes en la media. El fútbol directo se alzó como único recurso de un Lucena que no se despega del borde cuyo precipicio es la Tercera División.
Las delicadezas de Rubén Cuesta y los inadmisibles yerros defensivos del Lucena completaron un cóctel desabrido para los aficionados celestes. Las dolencias en el riñón de Obregón y la ausencia por sanción de Curro Vacas forzaron a Falete a construir una zaga novedosa. La endeblez, inconsistencia y lentitud de la línea de atrás del Lucena facilitaron la consecución de los dos goles de David Hernández.
En la niñez del encuentro, Rubén Cuesta regaló magia a los espectadores. Dislocó, caño incluido, en el vértice del área izquierdo del área celeste a cuantos rivales trataron de arrebatarle el balón. Miró fijamente a Limones y le cedió el tanto a su compañero. El mismo David Hernández captó una asistencia de Juampe a la espalda de la retaguardia del Lucena. El delantero balono, pese a su parsimonia, se zafó de un incapaz Gavilán y destinó el balón en un lugar inalcanzable para Limones pasada la primera media hora.
Las dos dianas de David Hernández certificaron una primera parte con una irrebatible supremacía balona. Los dos Rafaeles, Escobar y Carrillo, charlaron en el césped antes de que sus equipos se prepararan para el duelo. Tal vez, el entrenador del Linense le preguntó a Falete por qué dejó escapar a Rubén Cuesta. El futbolista cordobés posee aquello de lo que carece el Lucena. Visión de juego, personalidad en el centro del campo y lucidez en los pases trascendentes. Jesús Lanza es el jugador del Lucena que encarna estos talentos y su vacío es inmenso. Alfaro y Adri se probaron su traje, pero les quedó grande.
La presión adelantada del Linense en la primera parte ahogó al Lucena. Los visitantes aportaron al espectáculo movilidad en la vanguardia y una repetitiva participación de sus laterales. En este período, se percibió una notable diferencia técnica y de empaque a favor del Linense. Ismael Chico y Alberto Merino ejercieron de guardianes en la medular. La labor menos lucida la realizaron a la perfección. Rubén Cuesta escudriñaba los resquicios de la defensa celeste y los convertía en autopistas infinitas. El Lucena solo se encendía a balón parado. Los centrales Olmo y Carlos Guerra rindieron inexpugnables.
El Lucena trasladaba el balón a la delantera sin desgastar el piso. El Linense siempre permitió a Sarmiento mover el balón. Los centrocampistas albinegros tapaban a Adri, que en la segunda parte aseó su calificación, y Alfaro.
En todo el partido, el Linense se situaba en el terreno de juego rigurosamente definido. Incluso en los momentos más ardorosos del Lucena, al inicio de la segunda parte, el conjunto de Rafael Escobar no se desdibujó y mantuvo la compostura. La salida de José Antonio Pineda coincidió con la fase más vehemente de los celestes. Adri requirió más la pelota y los bríos del Lucena desaguaron en oportunidades de gol desencadenadas. El infatigable Alberto Merino atosigó a un Adri sentenciado y condenado por la afición lucentinista. Un servició del sevillano propició la acción de gol más cristalina del Lucena. Fede se posicionó delante de Pagola, pero malogró el tiro. Aun ganando, el Linense incordió agrupadamente al Lucena desde el comienzo de las jugadas.
El Linense pisó el freno, diseminando esa sensación de que le bastaba con exponer disciplina y contundencia en defensa y aguardar el sonido final del árbitro para ganar el envite. El aplauso global a Rubén Cuesta al ser reemplazado confirmó las ansias de la hinchada celeste por degustar fútbol refinado y aireó las reminiscencias de unos tiempos más felices. Las oleadas finales del Lucena se sucedieron infecundas. El Linense acumuló méritos para vencer y el resultado le dio la razón.
FICHA TÉCNICA:
0.-LUCENA CF: Limones, Sergio Albiol, Cruz, Gavilán, Germán, Sarmiento, Alfaro (Pineda, min.55), Adri (Diego, min.75), Juanjo (Óscar Espinosa, min.65), Fernando y Fede.
2.-REAL BALOMPÉDICA LINENSE: Pagola, Joe, Olmo, Carlos Guerra, Dani Gallardo, Alberto Merino, Ismael Chico, Rubén Cuesta (Ocaña, min.77), Juampe (Salvi, min.86), Bello y David Hernández (Copi, min.85).
GOLES: 0-1, min.6: David Hernández; 0-2, min.35: David Hernández.
ÁRBITRO: Chavet García, del comité andaluz. Amonestó a los visitantes Rubén Cuesta, Pagola y Joe y al local Sergio Albiol,
INCIDENCIAS: Partido perteneciente a la jornada decimonovena del grupo IV de Segunda División B, disputado en el estadio Ciudad de Lucena en presencia de unos 1.200 espectadores.
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