Nuevo Los Cármenes, Ipurúa y Estadio de Vallecas Teresa Rivero. El principio de la temporada 2014-2015 en Primera División supuso la materialización de las fantasías más remotas de tres jugadores moldeados en el Lucena CF. Jean Sylvain Babin, Javi Lara y Quini, cuyas respectivas historias enaltecen el afán de superación, proceden del fútbol plebeyo y se han labrado un futuro merecido. El central del Granada culminó la remontada de su equipo frente al Granada con un cabezazo, el genio de Montoro obsequió con un gol de galería al Eibar y Quini reprimió, junto a sus compañeros, al Atlético de Madrid, vigente campeón de la Liga.
"Un chaval humilde, predispuesto a aprender, a escuchar y a mejorar, algo fundamental". De este modo, recuerda Juani, coordinador de la cantera del Lucena CF, a Babin. El excapitán del Atlético Lucentino Industrial desempeñó las funciones de segundo entrenador celeste durante la campaña 2008-2009, la primera del futbolista natural de la comuna francesa de Corbeil-Essones en España y en Lucena.
Un representante galo contactó con Rafael Rojas, director deportivo del club por aquel entonces, y le propuso la contratación de varios jugadores franceses. La contundencia, el vigor, la rapidez y la supremacía aérea cautivaron a un cuerpo técnico liderado por Antonio Montero, Nene.
Babin admite que hubo de habituarse a un entorno desconocido en los primeros seis meses de la campaña 2008-2009. "Me costó adaptarme al idioma, a la cultura y a un entrenador desconocido". La llegada de Alberto Monteagudo al banquillo de la Ciudad Deportiva en marzo del año 2009 significó "un giro importante" en su carrera. "Me dio toda la confianza el mundo, pude demostrar todo mi fútbol y llegar a Segunda División", afirma.
Antes de adquirir experiencia en Segunda División durante cuatro años con el Alcorcón, experimentó una segunda temporada "clave" en el Lucena. "Conseguimos un puesto en la Copa del Rey y solo perdimos 2 partidos en casa".
Babin señala que ha recibido "muchos mensajes" de los "amigos" que conserva en el lugar que abrió su fama en España. Como respuesta, promete regresar a Lucena. "Ahora estoy más cerca y seguro que nos volveremos a ver en un futuro, espero ir algún fin de semana que tenga libre"
Los goles de Javi Lara revelan un don fascinante
A Javi Lara lo apreció el Lucena cuando "nadie" apostaba por él. "Le tengo más cariño que a otros equipos porque se acordó de mí cuando lo tenía peor", explica un centrocampista que en enero del año 2011 regresó a Tercera División al fichar por el Valencia Mestalla. El Lucena de Rafael Carrillo, Falete, lo recuperó para el balompié en el verano siguiente. "En otros equipos he hecho mejores temporadas que en el Lucena, fue en la segunda vuelta cuando ofrecí lo mejor de mí", matiza.
En el césped del Ciudad de Lucena renació un Javi Lara imprevisible y exquisito en ataque y afanoso en la defensa. En los cursos sucesivos, escalón a escalón, prosperó en el Alcoyano, de Segunda División B; en la Ponferradina, ya en la categoría de plata; y, por último, se trasladó a Guipúzcoa para vivir su debut y el del Eibar en Primera División.
"Todavía no soy consciente de lo sucedido, es lo que todo niño sueña", declara un Javi Lara que comprobó la popularidad por un gol al Real Madrid en la Copa del Rey. Otro libre directo soberbio, en este caso infligido a la Real Sociedad, solemnizó su estreno en la Liga BBVA. A sus 28 años, aterriza en la cima con una inquebrantable voluntad de mostrar al país sus aptitudes y de asentarse en la élite como futbolista.
Quini, alta velocidad española desde Córdoba a Madrid
6 de marzo del año 2011. Juani, segundo entrenador de Falete y secretario técnico del Lucena, emprende un viaje a Antequera con un desenlace imprevisto. La lista que había confeccionado con anterioridad a su presencia en El Maulí la apartó y fijó su atención en Rafita ahora componente de la UD San Pedro- y en Quini, "un futbolista rápido, que trabajaba en defensa y en ataque, desequilibrante cada vez que cogía el balón en banda y complicado de parar para los laterales".
El club lucentinista acometió su incorporación meses más tarde y las condiciones de Quini estallaron con la plantilla más laureada del Lucena en sus 46 años de historia. "Fue un año de inflexión, venía de jugar en Tercera y yo solo esperaba acostumbrarme a la Segunda División B y coger minutos", admite. Sin embargo, los vaticinios erraron estrepitosamente. "Yo comencé a jugar, empezamos a ganar, metimos goles, el equipo funcionaba y nos metimos arriba".
Todavía cansado por el derroche físico que expuso en el lateral derecho del Rayo Vallecano contra el Atlético de Madrid califica de "increíble" su período en el Lucena, considera que "marcó" su porvenir y presiente que lo evocará "cuando se retire". En el tiempo presente ejerce su profesión deportiva en el conjunto de Paco Jémez. Tras despegar en el Lucena, lo convenció el Real Madrid Castilla y atrasó su demarcación a la zona diestra de la defensa. Aparte de practicar el balompié, es licenciado en Administración y Dirección de Empresas y su trepidante progresión se demuestra al constatar que en la temporada 2009-2010 militaba en la Primera Andaluza con el Aguilarense.
Quini, Javi Lara y Babin, tres idealistas que comparten en su interior la gratitud hacia el Lucena, un equipo que los propulsó imparablemente hasta el vértice superior del fútbol español.
MANUEL GONZÁLEZ