Al principio de la pandemia, juntado con el miedo y la falta de información, una promesa se lanzaba al viento por las redes sociales: el COVID nos hará mejores, como personas y como sociedad. Así lo creímos cuando veíamos a vecinos ayudándose entre sí, gente joven llevando comida a sus mayores que no podían salir de casa o incluso los sanitarios que, aunque siendo su trabajo, lo estaban dando el todo por el todo por el resto de la sociedad.
Precisamente a raíz de que algunas personas comenzaran a dejar notas amenazantes a sus vecinos, fue cuando nos empezamos a plantear si realmente estábamos en el camino de ser una sociedad mejor. Si las peleas por sentarse en bancos públicos o el tratar de acaparar toda la comida posible en el supermercado no eran si no muestras de todo lo contrario: que lejos de hacernos mejores, nuestra sociedad se estaba volviendo más egoísta.
Sin embargo, y de eso vengo a hablar hoy, hay muchas razones por las que el COVID nos ha cambiado para mejor, y también muchas pruebas de ello. Aquí va una lista de las más importantes:
- La gente ha cumplido (mayoritariamente) con los confinamientos.
Aunque ya estemos acostumbrados a oír que los confinamientos no se cumplen, que la gente hace lo que quiere y un largo etcétera, la realidad es que los confinamientos se han cumplido en su mayor parte. Aunque está claro que el riesgo económico que implica una multa también ha colaborado a su cumplimiento, lo cierto es que los confinamientos son una muestra más de un esfuerzo conjunto a favor de la comunidad, a favor de los demás: yo me quedo en casa para que tú y yo estemos seguros.
- La gente e incluso las corporaciones se han lanzado a donar.
Poco tardaron en aparecer las primeras páginas de donaciones anónimas a favor de los más afectados por el COVID, ya fuera de forma personal o también para aquellos que habían perdido sus trabajos a raíz de la pandemia. También infinidad de corporaciones se han lanzado a donar a estos fondos de ayudas e incluso han colaborado en los esfuerzos por la vacunación en diferentes partes el mundo; un buen ejemplo de esta labor solidaria lo es Tickmill, que donó una considerable cantidad de dinero para apoyar el programa de vacunación de Seychelles, un pequeño archipiélago del océano indico.
- Las iniciativas solidarias se han disparado.
Dejando de lado el tema del dinero, las iniciativas solidarias para ayudar a los más afectados han estado presentes desde el minuto 1. Desde grupos organizados para ir a comprar a los supermercados para aquellos que no podían ir, hasta grupos repartiendo mascarillas a aquellos que no las pueden comprar, estas iniciativas han estado presentes durante todo el año.
- Estamos concienciándonos más sobre la salud mental de otros.
La pandemia ha puesto en evidencia muchos aspectos de nuestra sociedad, y uno de ellos es la importancia de la salud mental. Con largos periodos encerrados en casa y sin poder ver a quienes queremos o hacer las actividades que más nos gustan, nuestra salud mental colectiva se ha deteriorado. Aunque esto es intrínsicamente malo, hay que ver el lado positivo: nos ha ayudado a ver su importancia. Se ha abierto un camino a una sociedad más sana mentalmente y eso sin duda equivaldrá a la larga a una sociedad más solidaria.
Esperamos que esta pequeña lista os haya hecho reflexionar. Por supuesto, nadie sabe aún qué consecuencias exactas toda esta situación va a tener en nuestra sociedad, ni cómo vamos a cambiar a partir de ahora. Lo que sí sabemos es que incluso en los peores momentos hemos podido encontrar un poco de fuerza para ayudar a los demás.