- ¿Qué es lo primero que pensó cuando la Real Archicofradía de María Santísima de Araceli lo llama para otorgarle la manijería de Nuestra Madre en el primer domingo de mayo?
- Lo primero fue acordarme de mi hermano Manolo. Era inevitable. Él está siempre presente. Manolo tenía muchísima ilusión de que pudiera llegar este día y me dijo tantas veces: "A ver si tienes oportunidad de sacar a la Virgen y salgo contigo". Lo primero fue acordarme de él y bueno, lógicamente, dar gracias por lo afortunado que había sido al ser nombrado su manijero. En fin, fue un cúmulo de sensaciones extrañas, por una parte, una inmensa alegría y, por otro lado, de mucha tristeza, pero bueno... lo primero fue acordarme de la suerte de haber tenido a mi hermano.
- ¿Desde cuándo sueña este Manijero con mandar la Virgen de Araceli en su día?
- La idea de pedir la manijería de la Virgen empezó cuando terminé la santería de Nuestro Padre Jesús Nazareno. Eso fue en el año 2002. Después de haber hecho esa santería, me dije: ¿Por qué no ir a un reto mayor y pedir la Virgen de Araceli? Esta manijería está solicitada desde 2002, es decir, han pasado 21 años. Con el paso de los años uno se va haciendo una ilusión de tener la oportunidad de ser manijero. Ha sido ahora, cuando ha tenido que ser, y estoy enormemente agradecido por ello.
La base de la cuadrilla sale de todas las manijerías que he tenido. He mantenido el grueso de santeros que han ido saliendo conmigo. He procurado también buscar santeros que no hubieran salido nunca a la Virgen de Araceli.
- ¿Cuál ha sido la base de su cuadrilla y qué premisas ha seguido con la confección de la misma?
- La base de la cuadrilla sale de todas las manijerías que he tenido. He mantenido el grueso de santeros que han ido saliendo conmigo. Hay dos santeros, en concreto, que han salido siempre conmigo. Los demás son familia y, la gran mayoría, amigos. He procurado también buscar santeros que no hubieran salido nunca a la Virgen de Araceli. Nos pilla ya con algunos añitos y algunos amigos que han sido santeros en otras manijerías mías van a salir por primera vez en la Virgen de Araceli. La premisa ha sido que sientan lo que es ser aracelitano y que sientan que tienen la oportunidad inmensa de poder salir bajo el trono de la Virgen y que somos unos auténticos privilegiados.
- ¿Qué pasó ha de llevar la Virgen?
- Quisiera darle es un paso que sea garboso, un poco especial, elegante. Considero que los palios se deben de mover, no quiero una santería plana, quiero los pies un poquito abiertos para darle un poquito de movimiento al palio. Esa es la idea esencial que tengo del paso de la Virgen. Espero que salga como yo quiero.
- ¿Cómo le gustaría que se recuerde su santería?
- Esta es una pregunta un poco especial. Quisiera, sobre todo, que todos los que van conmigo, todos los que están compartiendo esta santería conmigo, sus familias, recuerden que lo pasamos fenomenal, que cumplimos nuestros sueños y poco más. Lógicamente quiero que salga bien y me gustaría que guste, pero no trato de buscar otra trascendencia más allá de que esta experiencia deje un buen recuerdo para los que están y una inmensa amistad una vez que haya concluido.
- ¿Con qué momento se queda de las vivencias que hasta hoy ha supuesto para usted esta santería?
- Lo más emocionante que estoy viviendo en esta santería es, podíamos decir, lo externo. Las juntas, aviar a los santeros y todo lo que representa la parte más santera está siendo increíble, pero la manijería de la Virgen de Araceli tiene algo muy especial, que es todo lo que transcurre fuera. Ha habido encuentros con la Virgen, en el camarín, con mi familia. Tengo una campana, que es la que paseó mi padre otro 5 de mayo, hace 39 años. Esa campana ha estado en casa de gente enferma que me la han pedido. La campana no tiene nada especial, pero ver que entrar en una casa alivia y consuela a las personas, pues hace muchísimo. Me quedo con muchos detalles y momentos externos que están rodeando esta experiencia y que creo que son incluso más importantes que la propia santería.
Quisiera darle es un paso que sea garboso, un poco especial, elegante. Considero que los palios se deben de mover, no quiero una santería plana, quiero los pies un poquito abiertos para darle un poquito de movimiento al palio.
- Usted ha sido Manijero de Jesús Nazareno y de la Columna. ¿En qué está siendo distinta su experiencia como Manijero de la Virgen de Araceli?
- La principal, creo, es que la Virgen de Araceli es más devocional, más popular, más familiar. No es tan estrictamente santera. Tiene su parte santera, pero para mí es mucho más grande que otras santerías por lo que engloba, porque parece que acoge a mucha más gente. Parece que entra a las casas de otra manera, la gente por la calle te para y te felicita, es más entrañable. Tiene una serie de cosas que la hacen más especial, más grande.
- ¿Qué momento espera con especial ilusión?
- Creo que el momento más emotivo será en la casa de mis padres. Estarán allí mis hermanas, mis padres... Toda la vida nos hemos reunido allí toda la familia para ver a la Virgen pasar y este año, pues bueno, Manolo también estará con nosotros, porque está siempre. Creo que ese va a ser un momento realmente especial para mí.
- Finalmente, ¿qué es lo primero en lo que piensa cada vez que se pone, en una junta, con su campana, frente a la cuadrilla de santeros que sacará a la Virgen de Araceli en su día?
- Los veo todos con tanta ilusión, con tantas ganas, que me crea responsabilidad, me crea mucha responsabilidad. La verdad que estoy muy contento con todo lo que está pasando, estamos disfrutando muchísimo, pero además de ser un inmenso honor poder ser el manijero de la Patrona de Lucena, también una enorme responsabilidad.