Una escultura hiperrealista de Juan Pablo II presidirá los columbarios de San Pedro Mártir (fotos)

20 de Febrero de 2014
Una escultura hiperrealista de Juan Pablo II presidirá los columbarios de San Pedro Mártir (fotos)

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"Para mí es un reto como lucentino y escultor y por tratarse de un futuro santo tan querido por todo el mundo". A mediados del mes de julio del pasado año, el imaginero Francisco Javier López del Espino se refería con estas palabras al encargo que la Venerable Archicofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno le encomendó. Representar, a tamaño humano, a Juan Pablo II, para que esta figura religiosa fuera expuesta al culto en la reconstruida iglesia de San Pedro Mártir. El escultor lucentino ha culminado magistralmente su misión y el público que este miércoles abarrotó la parroquia de Santo Domingo coincidió en la magnitud y en el impacto de la creación.

La representación de Juan Pablo II estará expuesta este jueves y este viernes en la Capilla de Nuestro Padre Jesús Nazareno. Al día siguiente, el sábado, viajará a Roma y el próximo miércoles el Papa Francisco la bendecirá en el transcurso de la audiencia general en la Plaza de San Pedro del Vaticano. Definitivamente, la talla presidirá la zona de los columbarios del citado templo en una capilla construida a tal objeto.

El hermano mayor en funciones de la Cofradía de Jesús, Gonzalo Beato, comenzó su alocución recordando a su antecesor, Eduardo Cortés, y ponderó extraordinariamente su esfuerzo como "semilla" de los sucesivos acontecimientos en lo concerniente a San Pedro Mártir. Igualmente, mandó un saludo afectuoso a su homólogo en la Real Archicofradía de María Santísima de Araceli, Antonio Crespillo. Al templo de Santo Domingo acudieron representantes de la mayoría de las hermandades lucentinas, encabezadas por el presidente del órgano agrupador, Antonio Díaz.

Beato puntualizó que la difícil coyuntura económica obligó a resolver que únicamente se adquiriría lo "estrictamente necesario para San Pedro Mártir". Sin embargo, la idea que propuso Juan Alberto Jiménez, tesorero de la junta de gobierno, fue aprobada por unanimidad y se acordó efectuar un "esfuerzo" con el fin de representar a "una de las personas más importantes del siglo XX, sino la que más". Antes de finalizar, Gonzalo Beato resaltó "la mirada tierna" de una escultura en la que "se encontrará consuelo".

El consiliario de la hermandad nazarena, Nicolás Rivero, se pronunció sobre la vida de Juan Pablo II y acerca del acto de su consagración en Roma. "El autor se ha enamorado de la imagen y le rezará muchas veces", auguró. El párroco de Santo Domingo recordó que el primer papa polaco de la historia murió en abril de 2005 y que siempre "transmitió a Dios y buscó a Dios". Rivero citó sus 104 viajes apostólicos, indicó que sentía "pasión por el otro", añadió que trabajó como "obrero y docente" y destacó su juventud cuando accedió a los cargos de cardenal y papa respectivamente.

A continuación, y ante una expectación máxima, Francisco Javier López del Espino, dictó una conferencia en la que resumió el ímprobo y minucioso proceso de ejecución de la obra. Este escultor de 28 años desveló que su primer paso fue "conocer" a Juan Pablo II. Para ello, y en el marco de los antecedentes de la efectuación de la talla, investigó y se documentó con libros y DVDs. El objetivo prioritario de López del Espino era llegar al estado "más realista posible" y representar al antecesor de Benedicto XVI en un período de tiempo comprendido entre los años 1990 y 1994. El primer boceto lo hizo con barro.

La siguiente fase abordó los aspectos estáticos reconstructivos. Entre ellos, valoró las proporciones y las medidas de una producción que contaba con la dificultad de ejecutarse en un asiento, algo desconocido hasta el momento para el artista.

Francisco Javier López del Espino tomó un modelo de referencia humano –Gonzalo Beato desveló después que fue el padre del propio autor– para captar hasta el más mínimo detalle de la escultura y diseñó los zapatos rojos.

El procedimiento continuó con la escultura y la talla. El imaginero hubo de extraer el barro del interior para cocerlo y se inclinó por un estilo discreto y elegante del sillón, finalmente elaborado por un carpintero. "Mi intención ha sido inmortalizarlo sencillo, cercano, de blanco, con una mano dispuesta a ayudar al fiel con problemas".

La precisión de la operación incluye las arrugas en el solideo o los 33 botones en la sotana del Papa, número invariable en los obispos de Roma, en referencia a la edad de Jesucristo. López del Espino utilizó yeso líquido para evitar el movimiento de la madera y se decantó por una policromía especial, consultada con el escultor mexicano César Cervera, en su afán de lograr un hiperrealismo. Por ello, recurrió, en un 70% al aerógrafo, y el resto lo hizo con un pincel. En cambio, señaló que no le imprimió la habitual pátina. Antes de cerrar por última vez la estructura, introdujo en su interior un pergamino con los datos de la imagen.

Francisco Javier López del Espino finalizó su disertación mencionando las manchas de envejecimiento humano que incorporó a su creación, las capas de cera que le aplicó y reparando en el fajín y en el escudo papal. Un estrepitoso y dilatado aplauso de los asistentes cumplimentó al autor tanto cuando se descubrió la escultura como al acabar su explicación.

El acto, en el que se personó el alcalde de Lucena, Juan Pérez; el vicepresidente tercero de la Diputación Provincial, Manuel Gutiérrez; y una amplia delegación de la Corporación Municipal, lo cerró el vicario episcopal de la Campiña, David Aguilera. "Juan Pablo II es uno de los grandes santos del siglo, junto con la Madre Teresa de Calcuta. Ellos se querían, por que los santos se buscan entre ellos".
MANUEL GONZÁLEZ
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