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La Cofradía de la Soledad abrió ayer de forma oficial los actos de su 450 Aniversario fundacional con una solemne eucaristía en la parroquial de Santiago, seguida por la presentación del cartel conmemorativo de esta efemérides, un hermoso acrílico sobre lienzo de 70x50 centímetros que firma el joven y prometedor artista lucentino Manuel Espejo Mármol.
Un soberbio montaje presidido por la Dolorosa del Sábado Santo lucentino, enmarcaba el altar mayor del templo. Varias piñas de rosas de color rosado y la rica candelería que atesora la decana de las cofradías pasionistas lucentinas, como marco para el austero terno negro de la Soledad. Las primeras ceras de una Cuaresma presentida y el olor del incienso rodeando en todo momento la Soledad de Nuestra Señora. Un esplendido escenario para el primer acto de la larga serie de actividades que desde ahora y hasta el mes de octubre marcarán este año de celebración para la hermandad del remozado templo de Santiago.
En la homilía, el consiliario de la cofradía y párroco, Francisco de Asís Roldán, expresaba su deseo de que los lucentinos vivan esta 450 Aniversario como una fiesta, pero también con un profundo sentimiento religioso "como un encuentro permanente con Dios", incluso en los actos de más marcado carácter festivo o cultural. Tras la misa, cantada por Antonio Prieto y José Pedro Moreno, llegaba el momento de la presentación del cartel.
Francisco Huertas era el encargado de presentar al autor, Manuel Espejo, joven cofrade y artista, que ya ha dejado muestra de su saber pictórico en distintos carteles para cofradías lucentinas o en la portada de la revista "Campanitas", de la Cofradía de Amor y Paz, del pasado año. El vicehermano mayor, Jesús Díaz, y el propio autor, descubrían el lienzo, que fue recibido con grandes aplausos por la concurrencia que llenaba la iglesia de Santiago.
La pintura, que a partir de ahora se hará familiar desde los escaparates de los comercios de la ciudad, está dividida en dos planos verticales. A la izquierda se observa la salida procesional de la Soledad, enmarcado su palio entre las jambas de la portada principal de Santiago, mientras una larga fila de hermanos de vela, con los signos distintivos de la cofradía del Sábado Santo, cruz blanca y fajín de esparto, comienzan a organizarse en una larga hilera de fe y devoción. Una densa nube de incienso ofrece la transición a la escena de la derecha, en la que Espejo nos muestra un hermoso perfil de la Virgen.
Les dejamos algunas fotos del acto y en unos minutos también un vídeo con la totalidad del acto de presentación del cartel.
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