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El triunfo de un santero, es el triunfo de una esquina y de una cuadrilla entera. Sergio Gómez Lanzas es el manijero de Nuestro Padre en su Entrada en Jerusalén Pollinita en este año 2014. La pasión que este lucentino de 37 años siente por la santería se palpa cuando se pronuncia sobre esta tradición tan genuinamente lucentina. Confiesa que el Domingo de Ramos tendrá el corazón partido después de haber ostentado, durante siete años, el máximo cargo en la Hermandad del Encuentro. El manijero de La Pollina se estrenará debajo de un timbre y adelanta que hará única y exclusivamente lo que este paso requiere.
-¿Conformó su cuadrilla con amigos o fue a buscar a santeros aun sin mantener relación con ellos?
Ha sido un cúmulo de cosas. He contado con mis familiares que son santeros, con mis amigos que son santeros y con santeros de la calle que, sin conocerlos, o conociéndolos de vista, los he observado santeando, y he querido que salieran en La Pollina.
-¿Prefiere una santería medida o ha previsto horquillos valientes?
La santería de La Pollina, tal y como está organizada y preparada, no te pide hacer ningún tipo de horquillos raros. Sí tengo una cosa clara, lo pienso como santero y ahora como manijero, la santería de La Pollina ya tiene santería de por sí, no hay que inventar nada más alrededor de ella, ni hacer horquillos valientes. Solamente con lo que es la santería de La Pollina, hay más que suficiente para todos. En mi pensamiento no existe nada de horquillos valientes. Voy a mirar por mi cuadrilla y se va a hacer, única y exclusivamente, lo que La Pollina requiere.
-¿Qué sentirá este Domingo de Ramos bajo el timbre de La Pollinita mientras su Nazareno de la Bondad también es procesionado en Lucena?
Es un sentimiento muy personal, que no me importa trasladarlo para que se sepa. De hecho, yo he sido hermano mayor de la Hermandad del Encuentro durante siete años, este hubiese sido el número ocho y hubiera terminado mi mandato de ocho años. Por estas circunstancias, de ser manijero de La Pollina, como es lógico y normal, uno tiene que estar en un sitio o en otro. Si hubiese sido una manijería de otro día de la Semana Santa, hoy sería el hermano mayor del Señor de la Bondad y de la Virgen del Divino Consuelo. Lo que sí es verdad, es que en dos sitios no se puede estar. Voy a tener el corazón partido. He tenido que seguir con la que me va a robar más tiempo y necesito dedicarle muchas horas en un tiempo más compacto, muy exigente, de juntas de santeros y no se puede estar sirviendo en dos lados mal. Ha de estar en uno y bien, que es lo que yo opté. Me quedo sin Domingo de Ramos de mi cofradía, pero lo recuperaré el año que viene.
-¿Cómo definiría la santería de La Pollinita?
Es un paso muy santero, quizás es uno de los pasos de Cristo más santeros de Lucena, La Pollina, La Columna y El Señor. Mi santería se va a desarrollar va a ser muy exigente, valiente en su conjunto y no me voy a salir de los cánones de La Pollina. Existe una santería concreta de La Pollina. Hay que estar las veinticuatro horas pensando en ella. Es muy observada en Lucena porque abre la Semana Santa y es una imagen a la que se le tiene mucho cariño en Lucena. En todo caso, sin duda, hay cuadrilla para hacerlo como La Pollina se merece.
Las capas sociales desaparecen cuando los santeros se ponen alrededor de una mesa o nos marcamos
-¿Por qué se planteó ser manijero?
La manijería viene de una propuesta por parte de un cuadrillero, Pepe Cañete, mi cuñado, hace muchos años, alrededor de catorce, me ofreció que yo fuera el manijero de La Pollina. En aquel momento, le dije que ya lo veríamos. Yo nunca me he planteado ser manijero, pero llegó y lo acepté y con muchísima ilusión.
-¿Las exigencias económicas de las cofradías a los manijeros son desmesuradas?
En el resto de las cofradías, puede ser que sí. Incluso algunas cofradías más que otras. Pero la cofradía de La Pollinita no le exige al manijero nada, solo que hagas una cuadrilla y que se procesione como se merece la imagen.
-¿En qué situación se encuentra la santería?
La santería, en general, se encuentra en un buen sitio. Está bien valorada, hay bastante afición, tiene un tirón importante. No obstante, hay aspectos sobre los que, hoy día, los santeros en general, deberíamos reflexionar, como el número de juntas que se realizan, las veces que, independientemente, de las juntas, se juntan las esquinas, etcétera
-¿Cómo debe ser una junta? ¿Existe actualmente demasiado protocolo?
Las juntas, según lo que yo he vivido como santero, y lo que estoy transmitiendo como manijero, pienso que, hoy por hoy, hay demasiadas, y existe demasiado protocolo para muchas horas. El protocolo si es para bien, se disfruta, si es demasiado estricto, una privacidad de la libertad del santero, de programarlo todo, no tanto. Dentro de la junta, debe de haber respeto, orden, pero no debe ser severo. Las personas no han de sentirse cohibidas. Los manijeros tienen que estar despiertos para conducir la junta y la cuadrilla ha de ir a disfrutar. Yo soy feliz viendo a mi gente feliz. No porque termine más tarde una junta es mejor. La junta debe durar lo que quieran los santeros, pero siempre dentro de la vivencia pura de la santería. Asimismo, añadiría que se debe fraguar el cante, no pasa nada porque un santero se prepare sus tres o cuatro saetas.
-Indique, en su opinión, lo mejor y aquello mejorable de la santería.
Entre lo mejor señalaría que hay personas en Lucena que tienen arte para santear. Me gusta ver a los santeros en la calle que saben santear, a los que están empezando, verlos despuntar, que les gusta, es algo hermoso para mí. También la amistad que se entabla en una santería. Yo tenía a mis amigos y a familia, todos ellos, pero después he ido en busca de personas que los he visto santear, santeros estupendos y quería conocerlos, tener amistad con ellos, vivir esta santería con ellos, etcétera; la convivencia; beber de una misma copa, etcétera. Por otro lado, si tengo que decir algo malo, es el comportamiento de quien no saber beber. En cualquier caso, todo es mejorable en esta vida, por ejemplo, los manijeros del futuro han de meditar si es necesario que haya tantas juntas. Finalmente, uno de los aspectos positivos que tiene la santería es que las capas sociales desaparecen cuando nos ponemos alrededor de una mesa o cuando nos marcamos. Hay que evitar los excesos de comida. Valoro muchísimo cuando los santeros llevan a las juntas platos preparados en sus casas y así lo he pedido yo en mi santería. No se puede ir por delante de las posibilidades de nadie.
-¿La santería ha de renovarse o recuperar enseñanzas y costumbres del pasado?
El pasado, pasado es. No obstante, hay cosas positivas del paso. Todas las características de la santería del pasado, no tienen que ser buenas para la actual. La santería ya está inventada. Hay que guardarla y hacer porque se guarde, tal y como está. Antes la santería era más de contras y ahora se hace más piña. El triunfo de un santero, es el triunfo de una esquina y de una cuadrilla entera.
MANUEL GONZÁLEZ
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