Rafael López, manijero del Divino Consuelo: "El mantenimiento económico de una cofradía no puede tener como base a los santeros"

23 de Febrero de 2014
Rafael López, manijero del Divino Consuelo: "El mantenimiento económico de una cofradía no puede tener como base a los santeros"

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Desde 1994 a 2014. Rafael López Molero, manijero de la Virgen del Divino Consuelo, contempla con preocupación e incertidumbre el futuro de la santería. Sereno y reflexivo, intuye que esta tradición lucentina está experimentando una transición cuyas consecuencias prevé negativas. Confiesa que se enamoró de la Titular de la cofradía del Encuentro y censura firmemente el modo de designar a los manijeros de la mayoría de las cofradías lucentinas. La honradez y la honestidad son las virtudes que encomia de una cuadrilla a la que le inculcó el principio de la moderación en las juntas.
 
-¿Cómo se desarrollaron los acontecimientos para que fuera designado manijero de la Virgen del Consuelo?
Estuve diez años en la junta de gobierno, mientras que era hermano mayor Gregorio Espejo. Una vez que abandoné mi cargo en el órgano directivo, tenía planteado mandarla cuando pudiera. Por ello, solicité la manijería y la cofradía tuvo a bien, en el año 2011, concederme la manijería.
 
-¿Cuáles considera que son las principales virtudes de su cuadrilla?
La honradez y la honestidad. Son personas honradas y honestas, no son personas prepotentes, a pesar de que muchos de ellos han hecho muchas santerías. Esto es lo que les he pedido, que sean honestos y honrados unos con otros.
 
-¿Qué punto del recorrido le preocupa más?
La calle Flores. Con el volumen y el tamaño del paso, la calle Flores es un punto básico. Hacerlo bien ahí es el 90% de la santería. No obstante, hasta la marca no hablaré ni sobre este aspecto, ni sobre cualquier otro, ni del paso del tambor. Si en la marca tengo que estar tres horas hablando sobre un determinado asunto, lo haré. Hasta entonces, cantar y disfrutar, que ya todo el mundo se enterará de lo que hay que hacer.
 
¿Cómo se imagina el Domingo de Ramos?
Para empezar que haga buen día. Un Domingo de Ramos, con luz, es el día más bonito. Observar, desde por la mañana, los niños con las palmas, el movimiento que hay, La Pollina, que tiene mucho tirón...es un día precioso. Además de esto, que salgan las cosas bien y que disfrutemos.
 
¿Cada vez que ha ido a aviar a un santero ya tenía decidido cuál iba a ser su sitio?
Sí. En el 99% de los casos sí. A uno de ellos tuve que cambiarlo porque sufrió una lesión en un hombro y hubo que hacer una modificación. En el resto de los casos, cuando he ido a por un hombre, lo hacía para un sitio concreto.
 
"La santería está en una situación delicada; de aquí a diez o doce años va a costar trabajo llenar todas las cuadrillas"
¿Por qué se planteó ser manijero?
Hace 20 años fui manijero de Nuestro Padre Jesús Preso. Era más joven, tenía menos experiencia, pero disfruté mucho. Mi intención era ser manijero, y a ser posible que salieran mis hijos conmigo. No ha podido ser porque ellos son todavía demasiado pequeños. Como mandé un Cristo, ahora quería ser manijero de una Virgen de palio y tenía mucho empeño en eso. Yo estaba enamorado de la Virgen del Divino Consuelo y decidí pedir la manijería.
 
-¿Las exigencias económicas de las cofradías a los manijeros son desmesuradas?
Creo que se está moldeando, sobre todo algunas cofradías. La cofradía del Encuentro nos ha levantado un poco la mano a los manijeros, puesto que hoy en día no todas las familias se pueden permitir ir la pareja a las cenas a los precios que están, o afrontar determinados gastos. Siendo sincero, creo que hay cofradías que no se han dado cuenta de las circunstancias en las que estamos. Sin embargo, no todas son iguales, hay algunas cofradías que trabajan más y exigen menos, como la del Encuentro, la del Huerto, la del Valle y la de Soledad. Estas hermandades organizan comidas, peroles, incluso gestionan barras. Estas cofradías trabajan y rebajan un poco la presión económica sobre los manijeros y los santeros. La cofradía se puede apoyar en la santería, pero el mantenimiento económico de la cofradía no puede tener como base a los santeros.
 
¿En qué situación se encuentra la santería?
En una situación delicada. Estamos en un momento en que se está terminando una generación que ha sido muy buena, se han hecho veinte o veinticinco años de santería buenísimos; según los veteranos, de los mejores de la historia de la santería. En mi caso, cuando yo era joven, había santeros a esportones, hoy hay muchos que salen solo una vez y ya no quieren salir más porque no les llama la atención y no lo viven. De aquí a diez o doce años, va a costar trabajo llenar todas las cuadrillas de santeros para los pasos que hay en Lucena. Hoy hay santeros jóvenes muy buenos, aunque como mucho cincuenta, pero no la cantidad que había hace veinte años.
 
¿Cómo debe ser una junta? ¿Existe actualmente demasiado protocolo?
Todo depende del manijero, cada uno puede hacer la junta a su manera. Yo hablo con mis esquineros y les recuerdo que una junta no es Nochevieja y no es oportuno realizar brindis. Pienso que a las juntas se va a cantar, a estar con los amigos, a tomarnos unas copas de vino y a comernos un perol. No se concibe otra cosa. Debemos disfrutar de la santería, y comer y beber moderadamente. No se puede concebir, en las actuales circunstancias, lo que pasaba hace un tiempo, en el que una junta era una boda, con unos dispendios asombrosos. Ni antes me gustaba, ni ahora. A mis santeros, lo primero que les dije, es que fueran comedidos. En primer lugar, porque si una junta la pagan entre siete personas, hay que reparar en el que menos puede aportar, no en el que más. Les señalé que es mejor trabajar un poco más, con más cariño, y sale la junta igual o mejor, que si se pusiera lo más caro del mundo.
 
-Indique, en su opinión, lo mejor y aquello mejorable de la santería.
Para mí lo mejor de la santería son los santeros. El hombre que se pone una túnica y es santero de verdad, merece un respeto. No entiendo como hay gente que es 'antisantería'. Lo peor, quizás, la política que existe actualmente para designar las manijerías en el 90% de las cofradías. Hay personas que están media vida luchando por una manijería y no mandan un paso y hay otras que, en tres días, son automáticamente manijeros. Me parece injusto. Con el tiempo, estas actitudes de las cofradías les pueden acarrear consecuencias como que se queden sin manijeros cuando se acaben los cuatro o cinco que las cofradías consideran que son los adecuados.
 
-¿La santería ha de renovarse o recuperar enseñanzas y costumbres del pasado?
Del pasado siempre se puede aprender algo. No nos podemos ir a la santería de hace cincuenta años, santería de contras. Ni las circunstancias son las mismas, ni los santeros son iguales, ni las circunstancias tampoco. Hay que coger lo mejor del pasado y procurar también extraer lo mejor del presente. Y, seguramente, los que vengan traerán ideas novedosas. Hay que aprovechar lo que el tiempo nos va dando.
MANUEL GONZÁLEZ
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