La Cofradía y Hermandad de Tambores Enlutados del Santísimo Cristo de la Salud y Misericordia ha seguido esta noche los pasos de la Cofradía del Valle y también se ha visto obligada a suspender su salida procesional, uno de los momentos culminantes de la Semana Santa de Lucena.
La lluvia, que no ha cesado durante toda la tarde y noche de este Miércoles Santo, ha privado a la hermandad de realizar su estación de penitencia, a la cuadrilla de santeros de José María Calvillo Blanco de poder realizar –por el momento– una santería esperada y al pueblo de Lucena de reencontrarse con el Señor del Silencio, este crucificado de autor anónimo de finales del siglo XVII y escuela granadina, que cada año, con el sonido de las campanadas que marcan el paso del Miércoles al Jueves Santo en la Plaza Nueva, consigue parar el tiempo para iluminar con su imagen la oscuridad en la que queda sumida la ciudad, mientras largas hileras de hermanos hacen sonar sus tambores enlutados.
La imagen ha quedado expuesta sobre su trono de madera tallada y sobredorada, con sus ciriales rojos encendidos en el cancel de San Mateo, y en presencia de sus santeros y miembros de la cofradía, para poder ser contemplada por los numerosos devotos que, pese a la lluvia, se habían acercado a la Plaza Nueva con la esperanza de poder repetir un año más el ritual de la más castellana de las procesiones lucentinas.