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El Obispo de la Diócesis de Córdoba, Monseñor Demetrio Fernández González, presidió ayer la misa de clausura del Año Jubilar Aracelitano concedido por el Papa con motivo del 450 Aniversario de la llegada a Lucena desde Roma de la venerada imagen de María Stma. de Araceli, patrona de la ciudad y del Campo Andaluz.
Monseñor Demetrio Fernández, que ha estado presente en multitud de actos celebrados durante estos más de doce meses de año jubilar, aseguró ayer que ha sido un año en el que la Virgen ha llevado la alegría por todos los rincones de Lucena, aun en esta etapa especialmente difícil a través de su presencia en las diferentes parroquias de la ciudad. Igualmente, indicó el Obispo de Córdoba, ha sido un año para la misericordia en el que muchos lucentinos y lucentinas y muchos peregrinos, han ganado el perdón de sus pecados a través de las indulgencias y finalmente aseguró que ha sido también un año para la caridad, manifestada en aspectos como la puesta en marcha del comedor social Virgen de Araceli, coordinado por Cáritas, o la casa hogar que la Real Archicofradía Aracelitana está sufragando en la ciudad peruana de Picota, como parte de su obra social, gracias a las aportaciones de muchos aracelitanos.
Con la clausura de este año jubilar se cierra un periodo de celebración en torno a la Virgen de Araceli, que el próximo domingo volverá en multitudinaria romería a su Santuario de la Sierra de Aras.
Fue el 21 de abril de 2012 cuando el propio Obispo de la Diócesis de Córdoba, Monseñor Demetrio Fernández, oficiaba en el Santuario de Aras la misa con la que se abría oficialmente el Año Jubilar Aracelitano, dando lectura al breve pontificio por el que se decretaba esta celebración, un año de gracia, un año de muchos dones por parte de Dios para Lucena, para todo el campo andaluz y para la Diócesis de Córdoba, una apertura de las puertas de la misericordia que en la Virgen encuentra una madre y una protectora.
Atrás quedarán para la historia junto a las Fiestas Aracelitanas de 2012 y 2013 múltiples actividades religiosas, como la serie de emotivos traslados por distintos templos de la ciudad, el último de ellos acompañada la Virgen por Ntro.Padre Jesús Nazareno; o la misa especial de acción de gracias que la lluvia obligó a celebrar en San Mateo, prevista en la Plaza Nueva, el encuentro de jóvenes de la diócesis ante la Virgen o las distintas peregrinaciones hasta el santuario de cofradías, seminarios y asociaciones de todo tipo; pero también culturales como la magna exposición Aracoeli 1562-2012, sobre patrimonio histórico-artístico y documental ligado a la patrona de la ciudad, los juegos florales o mil y una actividades de toda índole, intensamente vividas por el pueblo de Lucena.
Ayer, el Obispo mostró su agradecimiento a cuantos han colaborado de una u otra forma en la organización de los distintos actos de este Año Jubilar y aseguró que con su finalización no se cierra nada, porque la Virgen mantiene abiertas de par en par sus puertas para seguir recibiendo a todos los lucentinos, derramando su gracia y llevándoles la alegría.
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