Leopoldo Rivero: 'La falta de salud te toca el corazón' (fotos almuerzo solidario Picota)

11 de Noviembre de 2013
Leopoldo Rivero: 'La falta de salud te toca el corazón' (fotos almuerzo solidario Picota)

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MANUEL GONZÁLEZ
El sacerdote diocesano Leopoldo Rivero participó este domingo en el almuerzo solidario que promovió la Real Archicofradía de María Santísima de Araceli con el fin de reunir dinero para el proyecto que está acometiendo en Perú. La asociación religiosa encabezada por Antonio Crespillo se ha comprometido a construir una casa-hogar en Shamboyaco, en el departamento de San Martín, en la que se atenderá y acogerá a niñas desvalidas. 'La falta de salud es con lo que más sufres y lo que te toca el corazón', admitió Rivero, quien señaló que en la república peruana la sanidad universal y gratuita es inexistente.

La jornada dominical se inició con una eucaristía en el Real Santuario de Aras a las 11:30 horas, oficiada por Leopoldo Rivero. Posteriormente, la Caseta de la Hermandad del Rocío de Lucena se transformó en un hervidero de afecto con el antiguo párroco de Santo Domingo de Lucena y de concienciación con la causa que allí convocó a un muy numeroso público.

Leopoldo Rivero ha vuelto momentáneamente a España. Después de un año en la provincia peruana de Picota, este querídismo cura permanecerá durante un mes en Córdoba. No obstante, antes de la época Navideña regresará a Perú para celebrar allí el Nacimiento de Jesucristo.

Juan Ropero, un sacerdote del municipio cordobés de Iznájar, y Leopoldo Rivero ejercen como párrocos de la feligresía englobada en la iglesia de la Virgen del Perpetuo Socorro en la ciudad de Picota, un núcleo urbano de 10.000 habitantes aproximadamente y capital de la provincia homónima.

Esta zona está situada en la selva amazónica de Perú y, por ello, está experimentando un aumento de la población puesto que las personas acuden a este lugar por las posibilidades que ofrece para cultivar.

La parroquia de la Virgen del Perpetuo Socorro se ocupa de un territorio superior que el de la provincia de Córdoba y compuesto por alrededor de cien pueblos. En la ciudad de Shamboyaco, distante a una y media en coche de Picota, la Real Archicofradía de María Santísima de Araceli levantará la Casa Hogar-Virgen de Araceli. Los beneficios generados por la organización del mencionado almuerzo solidario, que incluyó variados peroles y paellas, ayudará a su edificación.

Por el momento, se ha procedido a la adquisición del terreno. Esta compra ha supuesto un desembolso de 12.000 euros. En el distrito de Shamboyaco ya se han efectuado una iglesia y una casa para religiosas, obreras del Corazón de Jesús. Tres de estas monjas, una paraguaya, una boliviana y una cordobesa, se responsabilizarán de la casa-hogar.

Este centro cuidará, atenderá y hospedará a niñas desamparadas. Finalmente, dispondrá de dos plantas y se les proporcionará todo lo necesario para vivir dignamente. La Casa Hogar Virgen de Araceli dependerá de la prelatura de Moyobamba -capital del departamento de San Martín- y de la parroquia que dirigen conjuntamente Leopoldo Rivero y Juan Ropero. Desde Picota a Shamboyaco se puede transitar en coche. Al llegar a este último punto, los caminos solo permiten trasladarse en mula o carros de ruta.

Toda la materialización del proyecto la está desarrollando la hermandad aracelitana. El terreno se ha elegido por su sencilla accesibilidad ya que está próximo al colegio, a la iglesia y a los demás puntos de referencia. La casa albergará un comedor popular, aparte de los dormitorios.

Leopoldo Rivero manifestó que todos los días resulta impresionado por las vivencias que experimenta. 'El contacto con la gente, los cariñosos que son todos los niños y lo necesitados de comprensión y amor que están porque no tienen familia, las carencias de salud...'. Además, apuntó que los habitantes de Picota todos los días comen lo mismo, arroz con algún ingrediente más, y que de carne solo prueban el pollo. La parroquia de Picota cuenta con un comedor popular que, diariamente, ofrece alimentación a más de 150 personas.

El sacerdote cordobés comentó que a lo largo de este mes pretende 'descansar, cargar las pilas, ir al médico y volver'. A pesar de las dificultades y de las adversas condiciones cotidianas presentes en Perú, Leopoldo Rivero conserva intacta la sonrisa y es él el que le insufló energía y valor a los centenares de personas que este domingo lo abrazaron en Lucena.

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