El pasado domingo, al término de la Junta General de Hermanos, se firmó el contrato de depósito de una pintura de la Inmaculada Concepción, que durante los próximos 30 años, prorrogables, podrá admirarse en los muros de San Pedro Mártir.
Macarena López del Espino ha tenido a bien ceder el lienzo, que se ha colocado en el lado de la Epístola del crucero de la iglesia, haciendo juego con el de la Virgen de Araceli que está en el lado del Evangelio y que también fue depositado en su día por su familia materna. La vinculación de esta familia con la archicofradía y con San Pedro Mártir no termina ahí, pues el hermano de la cedente, Francisco Javier López del Espino, es el autor de la imagen de San Juan Pablo II que se venera en el antiguo templo dominico, reimplantado gracias a la Venerable Archicofradía de Ntro. Padre Jesús Nazareno.
La obra de arte es de autor anónimo, del círculo de Carreño de Miranda, pintor avilesino que es una de las figuras principales del panorama pictórico cortesano de la segunda mitad del siglo XVII, al que aportó un estilo que mezcla solidez estructural con un notable gusto por el color, y que tiene como fuentes tanto las obras de las generaciones de artistas locales precedentes (desde Carducho hasta el propio Velázquez) como las de algunos de los pintores extranjeros que más influyeron en el desarrollo del barroco madrileño, con Tiziano, Rubens y Van Dyck a la cabeza.