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Antonio Ortega se califica a sí mismo como imaginero, restaurador y pintor, en definitiva un artista polifacético, aunque su especialidad es la escultura religiosa. Llevo desde pequeño dedicándome al arte, son ya veintiocho años de trayectoria en los que he tenido muchas fuentes de inspiración y he trabajado en Sevilla, Barcelona y Madrid, aunque me siento autodidacta, explica el imaginero lucentino, actualmente residente en la vecina localidad de Encinas Reales.
Con su trabajo, Antonio Ortega ha estado presente en distintas exposiciones y muestras de arte sacro en Andalucía y Madrid y en el año 2002 fue seleccionado con dos esculturas para una exposición en Viena, capital austriaca.
Durante el pasado año pasado trabajó en Malaga en la restauración de una iglesia y un camarín que fue destruido durante la Guerra Civil. Ha sido un trabajo muy interesante, ya que se daban cita las disciplinas artísticas de pintura, dorado y escultura, aclara Ortega, que ha contado con la ayuda de su mujer, Clara, a la que le ha enseñado a restaurar y pintar.
En Lucena destacan las restauraciones realizadas por Antonio Ortega en la Pollinita, la Virgen de la cofradía de Servitas y el Cristo de la Humildad y la realización de una hermosa copia de la Virgen de Araceli para la capilla de la plaza de toros del "Coso de los Donceles".
Ahora explica el imaginero lucentino estoy restaurando una Virgen del Carmen para la zona de Málaga, otra obra del siglo XVII de Luisa Roldán, y tengo en proyecto obras propias para distintas cofradías de Andalucía y Madrid. También tengo en curso un Nazareno, un Jesús orando en el Huerto, un Resucitado, y dos Dolorosas, junto con una Santa Cena, y un homenaje a la virgen de Araceli en escultura y pintura.
Antonio Ortega es un artista inquieto. Recientemente le veíamos en la conferencia que sobre la restauración de Ntro. Padre Jesús han realizado los técnicos del Instituto Andaluz de Patrimonio de Andalucía, trabajo sobre el que también ha querido dar su opinión como profesional. "Estoy totalmente de acuerdo sobre la consolidación de la imagen que han llevado a cabo en esta prestigiosa institución, cuyo trabajo conozco bien, pero creo modestamente que la encarnadura actual ha quedado excesivamenta pálida y la imagen plana e inexpresiva, considero que se tenía que haber mantenido un tono más moreno, similar al que la imagen tenía desde hace mas de un siglo, en lugar de devolverlo a su aspecto original de más de cuatro siglos. Ntro. Padre Jesús no va a un museo si no que es una imagen devocional, hay quien piensa que lo blanco y plano es mejor y lo otro es suciedad, pero no es asi", asegura Antonio Ortega, que explica que "la imagen era rica en matices y desgastes en la barba, que le daban un aspecto fabuloso y eran señas de su identidad y antiguedad y que ahora han desaparecido".
Para este imaginero y restaurador lucentino "restaurar es arreglar lo justo y no dejar como nuevo y como decía Goya: el tiempo tambien pinta, como tuve la oportunidad de comentar personalmente al autor de la restauración, Juan Alberto Filter, tras la conferencia que ofrecieron los técnicos del IAPH".
Antonio Ortega es un artista inquieto. Recientemente le veíamos en la conferencia que sobre la restauración de Ntro. Padre Jesús han realizado los técnicos del Instituto Andaluz de Patrimonio de Andalucía, trabajo sobre el que también ha querido dar su opinión como profesional. "Estoy totalmente de acuerdo sobre la consolidación de la imagen que han llevado a cabo en esta prestigiosa institución, cuyo trabajo conozco bien, pero creo modestamente que la encarnadura actual ha quedado excesivamenta pálida y la imagen plana e inexpresiva, considero que se tenía que haber mantenido un tono más moreno, similar al que la imagen tenía desde hace mas de un siglo, en lugar de devolverlo a su aspecto original de más de cuatro siglos. Ntro. Padre Jesús no va a un museo si no que es una imagen devocional, hay quien piensa que lo blanco y plano es mejor y lo otro es suciedad, pero no es asi", asegura Antonio Ortega, que explica que "la imagen era rica en matices y desgastes en la barba, que le daban un aspecto fabuloso y eran señas de su identidad y antiguedad y que ahora han desaparecido".
Para este imaginero y restaurador lucentino "restaurar es arreglar lo justo y no dejar como nuevo y como decía Goya: el tiempo tambien pinta, como tuve la oportunidad de comentar personalmente al autor de la restauración, Juan Alberto Filter, tras la conferencia que ofrecieron los técnicos del IAPH".
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Araceli Redondo
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