Plantado en la segunda contrapata de la esquina izquierda, Rafael Haro Fernández, uno de los 36 componentes de la cuadrilla de Francisco Contreras Hidalgo, aproximó a la Patrona de Lucena, en la noche del primer domingo de mayo del 2016, al pueblo que, a lo largo del año, contempla desde la Sierra hasta que en primavera preside temporalmente el retablo de San Mateo. Un año después, aquel santero que se ajustó la túnica blanca, el cordón rojo y el escudo de la Real Archicofradía de María Santísima de Araceli, orientará a los hombres que emprenderán ese camino que tantas esperanzas y promesas encierra. Manijero de la Bajada el próximo 23 de abril, en estas semanas se comprime el dilatado tiempo discurrido entre que redactó su primera petición para recibir esta misión y esa noche en la que, junto a sus elegidos, situará a la Virgen de Araceli en los bancos de la iglesia mayor.
-¿Qué momento de un santero es el adecuado para ser manijero de la Patrona de Lucena en su regreso a la parroquia de San Mateo?
Creo, sinceramente, que el santero debe tener una amplia experiencia y, por supuesto, tener una gran devoción a Araceli, que al fin y al cabo, es lo que marca esta santería.
"Una de las mejores sensaciones es la de llegar a la Puerta de la Mina. Es el momento en el que la conexión entre Lucena y su Patrona, después de un año, vuelve a su punto álgido"
-¿Cuáles son los componentes y sensaciones peculiares que distinguen la Bajada de las otras procesiones de la Virgen de Araceli?
Por supuesto, que una de las mejores sensaciones es la de llegar a la Puerta de la Mina. Es el momento en el que la conexión entre Lucena y su Patrona, después de un año, vuelve a su punto álgido. También me gustaría reseñar la llegada de la Virgen a la residencia de San Juan de Dios, la entrada a la calle Maquedano e incluso cuando la Virgen reposa en sus bancos en San Mateo, hecho que reconforta a muchos lucentinos.
- ¿Sopesó pedir la manijería de la Virgen de Araceli en su Día o siempre se ha decantado por la Romería de Bajada?
Siempre la pedí para su Romería de Bajada. Ya hace muchos años de la primera carta.
-¿Cómo fue la primera visita al Santuario tras saber que sería manijero de la Virgen de Araceli el penúltimo domingo de abril?
Ese momento no se puede describir en unas cuantas líneas. El amor por Araceli, nostalgia por los que no pueden estar, satisfacción, euforia, honor… No puedo describir tantos pensamientos.
Hace muchos años. Cierto es que cuando ha llegado el momento no han sido los mismos por diversos motivos.
-¿De qué manera ha decidido incorporar a unos santeros e, inexcusablemente, descartar a otros?
Puede que suene a tópico, pero he aviado a todos los que en mi vida, me han hecho sentirme mejor persona. Cómo principal requisito, la amistad y la honradez, después su trayectoria santeril. Y, lógicamente, ha habido descartes, este trono es muy ‘chiquito’; pido a todos los que se han quedado fuera, que no me lo tengan en cuenta.
-Hasta la actualidad, a pocos días del domingo 23 de abril, ¿cuáles son los instantes más emotivos que le ha deparado esta santería?
Aun habiendo vivido instantes magníficos con mi cuadrilla, en el Santuario de Nuestra Madre, en aquel Besamanos extraordinario con mis padres, las juntas con nuestras esposas, etcétera. Quiero destacar el momentazo en el que avié a cada uno de mis santeros. Sin duda alguna, la cara de sorpresa, emoción, sentimiento es lo que más me ha llenado. Llevar ‘a las casas’ de mis amigos a la Virgen de Araceli ha sido ‘lo más grande’.
-¿Hacia dónde evoluciona la santería?
Cómo dicen en las evaluaciones en el colegio, progresa adecuadamente .Cierto es que hay que pulir unos cuantos detalles. Pongo un ejemplo, la cuadrilla de La Magdalena 2017, todos muy jóvenes, pero con un comportamiento, respeto y entrega digno de admirar. La santería, hoy día, es más elegante, respetuosa y hasta más cofrade.