Rafael Escudero López-Brea, obispo prelado de Moyobamba, bendijo el pasado viernes la Casa-Hogar Virgen de Araceli, una residencia ubicada en el distrito de Shamboyacu, y que acogerá a cuarenta niñas. La Real Archicofradía de María Santísima de Araceli, el Cabildo de la Catedral de Córdoba y su Delegación Diocesana de Misiones se han involucrado y han aportado recursos económicos para una ambiciosa iniciativa "que ahora se ha hecho realidad", según las palabras de Francisco José Delgado, el sacerdote lucentino que junto a Leopoldo Rivero, otro cura con una estrecha vinculación a Lucena, se ocupa de la misión de Picota.
Las madres Obreras del Corazón de Jesús regentarán un albergue que recibirá a las menores más desfavorecidas de la zona. Desde el centro se ofrecerá una formación y una educación académica, humana y religiosa.
Leopoldo Rivero y Francisco José Delgado agradecen "de corazón, a todos, sus oraciones constantes y sus donaciones". Además, también se acuerdan "de tantos y tantos fieles que han hecho posible este importante proyecto de cooperación social y enriquecimiento espiritual".
El diseño elegido, sobre un terreno de 1.200 metros cuadrados, distribuye el edificio en dos grandes áreas en sendas plantas, donde se alojarán veinte niñas por cada piso. La casa incluye también otro gran bloque en el que se han ubicado las dependencias de las religiosas en su planta superior, más habitación de acogida para familiares, sala de estar, biblioteca y zona de estudio en la planta baja. La capilla se encuentra en el centro de la construcción, antecediendo a un gran patio. En el módulo anexo se hallan servicios como la cocina, comedores y salón de actos.
Las habitantes de este recinto acudirán a clases de Primaria y Secundaria en un organismo educativo de Shamboyacu y en la Casa-Hogar, lugar en el que desayunarán, almorzarán, cenarán, y en algunos casos, pernoctarán, se adaptarán a un horario de estudio, aparte de efectuar tareas de casa, y compartirán actividades adecuadas a cada edad.