La honradez, el compromiso y la entrega perfilan la figura del santero que quiere Agustín Lara González en los veintiséis sitios de Nuestro Padre. La Hermandad de Tambores de Lucena rasgará una madrugada sacralizada en La Capillita. Viernes Santo en Lucena. Promesas, oraciones, peticiones y testimonio cristiano. El manijero avía a unos hombres para confortar al Nazareno y guiar a Lucena en el camino hacia el Calvario.
-¿Qué significa vestirse con la túnica morada el Viernes Santo para ser el manijero de Nuestro Padre Jesús Nazareno?
Una satisfacción enorme, creo que es la culminación a toda una vida dedicada a esta maravillosa tradición llamada "santería". Pero a la vez esa túnica morada lleva una gran carga de responsabilidad.
-¿Qué cualidades y que actitudes debe reunir y exteriorizar un santero de Jesús Nazareno?
Yo creo que en general todo santero debe reunir las mismas cualidades: honradez, entrega y compromiso. Es cierto, que al ser un Viernes Santo todo se magnifica más y un santero de Nuestro Padre tiene que ser fiel reflejo de esas cualidades a las que he aludido.
-Cuando realizaba su primeras santerías, ¿pensaba que llegaría a ser manijero de la Virgen de Araceli en su Día y de Nuestro Padre?
Yo creo que eso no te lo imaginas ni en tus mejores sueños. Nunca llegué a pensar que podía ser manijero de las dos devociones más grandes de Lucena, pero así ha sido, y lo asumo con total compromiso y, por supuesto, con total humildad.
-¿Qué le gustaría transmitir a los lucentinos con la santería del próximo Viernes Santo?
Me gustaría transmitir una santería seria, una santería hecha desde el corazón. Que cuando los lucentinos vean al Señor por las calles, no les quede duda de que la cuadrilla se está entregando en cuerpo y alma.
-¿Qué ha ocurrido en la santería para que haya tres pasos sin cuadrilla a estas alturas de la Cuaresma del año 2016? (Como en anteriores entrevistas, añadimos que el Resucitado realizará finalmente su salida procesional)
Bueno, yo creo que el momento de crisis que estamos atravesando está influyendo en gran manera a la santería. Cada vez hay menos santeros que se atrevan a afrontar una manijería, ya que aunque tu cuadrilla te ayude, supone un gasto extraordinario que hoy en día es difícil de soportar.
-¿Las juntas –y otras novedades como las juntasesquina se han desnaturalizado? ¿Los excesivos formalismos han ocultado la auténtica esencia?
Yo no diría tan categóricamente que se han desnaturalizado. Lo que sí es cierto es que se están dotando de excesivo formalismo y a veces se nos olvida el verdadero significado de una junta de santeros. En cuanto a las "juntas esquinas", quizás lo único que sobre es el nombre, pero yo no veo nada mal que las esquinas se junten a tomar una copa y a hablar de santería. Es una novedad que creo que aporta constructivamente a la santería.
-¿Qué se tendría que recuperar de la santería de anteriores generaciones?
La santería ha ido evolucionando, como pasa con todo en la vida. Hoy en día quizás se paseen los pasos con más respeto que antaño. Yo recuperaría la formalidad del santero de anteriores generaciones, su compromiso único e inquebrantable con el manijero que lo había aviado. Y por otro lado también recuperaría la naturalidad de las juntas, dotándolas de ese dinamismo e improvisación para no encorsetarlas con tanto formalismo.
-¿Por qué nunca en Lucena se ha afianzado una asociación como la Peña el Santero?
Supongo que esto va en la idiosincracia de los lucentinos. En general, los lucentinos somos un poco apáticos a la hora de constituirnos en colectivos, cuesta trabajo.
-¿Sería positivo limitar la exposición pública de diferentes momentos de la santería?
Creo que sí. Hay momentos de la santería que deben quedar en la intimidad de la cuadrilla. Exponer esos momentos en las redes sociales es un gravísimo error, porque desvirtúa el verdadero sentido de ese momento.
-¿Cómo prevé que transcurrirá el porvenir de la santería?
En líneas generales, bien. Yo preferiría que no estuviera tan ligada a la Cofradía. Obligamos a las cuadrillas a asistir a cada vez más numerosos actos cofrades, que junto a las numerosas juntas y demás reuniones santeras, provocan cierto cansancio en el santero. Pero por lo demás, creo que el futuro de la santería está por ahora garantizado.